jueves, 16 de febrero de 2012

María León: "Sin esfuerzo todo queda en nada"

Los primeros pasos en la senda de una carrera son tan determinantes como certeros. Ellas, finalistas a Mejor Actriz Revelación, suman en total 94 años de edad, respiran energía y vitalidad por los cuatro costados, y la curiosidad las une en su modo de afrontar el día a día. Vaya a quien vaya a parar el Goya, algo sí está claro: el 19 de febrero solo es otra parada del camino para cuatro intérpretes que ponen rostro a una nueva generación. 




María León (La voz dormida)
"Sin esfuerzo todo queda en nada"
“Me parece fascinante ser finalista, significa que mi pelea tiene ahora su recompensa. Aunque no quería hacerme ilusiones, había escuchado mucho sobre el tema –Tina Sainz me gritaba por la calle que pelease por el Goya cada vez que me veía–. Mi familia dice que lo disfrute y que trabaje, se puede tener suerte y talento, pero sin esfuerzo todo queda en nada. Mi madre, la Carmina, me ha enseñado que en la vida no somos nadie y que hay que reírse mucho, de uno mismo lo primero”.

“Benito tiene intuición, sabe manejar a los actores y tiene una sensibilidad especial: es capaz de verte hasta los intestinos. Yo con él he trabajado con todo el amor, el cariño y la admiración, eso es muy complicado… ¡Quién me iba a decir que yo acabaría aquí cuando Paco me dijo que fuese actriz! Mi hermano era mi ejemplo, y eso me daba respeto. En San Sebastián llevé los pendientes de mi comunión, me gusta llevar cosas antiguas porque me recuerdan de dónde vengo”.

“De pequeña veía la gala como si fuera Blancanieves, era como un cuento de princesas; yo creía que todo era mentira y no pensaba acabar ahí jamás. Dentro de unos años me gustaría estar con una función en el Teatro Lara. Espero hacer muchas cosas y no dejar de moverme, me queda tanto recorrido y tantos compañeros por conocer... Quiero estar con todos, pero para eso tengo claro que hay que poner mucha fuerza”.

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